
Alguien alguna vez dijo “el fútbol es lo más importante de lo menos importante”. Si analizamos esta afirmación únicamente bajo los parámetros de la razón, creo que la frase está llena de verdad. Pero hay algo misterioso, si esta frase es cien por ciento verdadera, por qué un partido de fútbol es capaz de paralizar un país o una ciudad, por qué un resultado puede alegrar toda una semana de muchas personas o puede tirar al traste todo el fin de semana?.
Muchas veces he tratado de explicar lo que los hinchas a un equipo de fútbol sentimos por los colores de un equipo y siempre siento que no soy claro al hacerlo, pero tampoco quiero serlo, prefiero que se mantenga en el aire ese misterio inexplicable que puede llevarnos a la euforia o hasta quitarnos las ganas de comer.
Cuando nos enamoramos de un equipo de fútbol es como un sello que nos ponemos para toda la vida (en la mayoría de las ocasiones desde muy chicos) y luego es un signo indeleble, podemos cambiarnos de ciudad para vivir, de casa, trabajo, de pareja, pero nunca jamás (por lo menos yo no conozco ningún caso de un verdadero hincha) nos cambiamos de equipo de fútbol. Incluso, se vuelve un amor tan fuerte que en la mayoría de las ocasiones, y no temo a equivocarme, es más fuerte que hacia la misma selección de su país. Hace algunos años leía un artículo en un periódico que hablaba de algo como parecido en el que un hincha de Rosario Central en Argentina decía “Rosario es como mi madre, lo quiero con el alma!!!!, la Selección es como mi tía, la quiero mucho también, pero menos....”. Me van a decir apátrida, mal ecuatoriano, hasta loco y enfermo, pero amigos míos, tengo o no tengo razón?. No tengo dudas, en esto hay poca lógica, pero el sentimiento es así, sino pregúntenle hoy a un hincha de Liga si prefiere que la selección llegue a Sudáfrica 2010 o prefieren ganar la Libertadores, saben lo que les va a responder?, ya sabemos la respuesta.
Ahora bien, envueltos en todos estos sentimientos por el equipo querido, también es verdad que no hay nada más delicioso que una larga charla y discusión de fútbol, que si tal esquema táctico es más efectivo que el otro, que si éste jugador es más brillante que aquel, que si la dirigencia debería hacer tal o cual cosa, que no hubiésemos perdido si el árbitro no le mete la mano al partido y así una serie de polémicas que nunca se van a acabar. Pero en estas maravillosas charlas, de las que creo más de una vez hemos sido parte, tarde o temprano aflora el amor por una u otra camiseta y ahí comienza lo mejor!!!.
- Mi equipo tiene tantos títulos!!!
- Sí, pero el mío es el único campeón tantas veces seguidas!!!
- Actualmente somos la base de la selección, aportamos con tantos jugadores, de el tuyo no hay nadie.
En fin, salen a la luz todos los hechos por los que nos sentimos orgullosos de seguir a una camiseta.
Obviamente, con ocasión de la faena cumplida por Liga de Quito en la Libertadores, se ha desatado la polémica de si todos los ecuatorianos tenemos que moralmente apoyarla o no, sin importar cual sea el equipo de nuestro corazón.
Que difícil decisión!!!, que dice la lógica?, pero, qué dice el corazón?.
Esto es fútbol señores, lo más importante de lo menos importante, y en el fútbol hay rivalidad, para unirnos todos está la selección, el apego a los colores de un equipo no se negocia, y los rivales de patio son los RIVALES.
Podemos imaginar un hincha de River sonriendo cuando Bermúdez levantó las Libertadores de Boca en el 2000 y 2001?, o un hincha del Deportivo Cali lamentándose porque el América perdió cuatro finales de Copa?, a uno de Emelec eufórico cuando Trobbiani hace el primer gol ante Olimpia en el 90 y nos ponemos a tiro de igualar la serie?, es más, creen que algún hincha de Flamengo se puso triste por el resultado de la primera final ayer?.
Hinchar para que Liga se lleve la Copa?. No puedo señores, discúlpenme, pero no puedo, de pronto debería decir lo contrario pero me es imposible luchar contra un sentimiento tan arraigado, siempre soñé con que el primer equipo ecuatoriano en levantar la Libertadores sea mi querido Barcelona, y aún no pierdo la esperanza de que así sea. Si Liga está a punto de lograrlo es porque ha hecho un buen trabajo, eso es innegable, pero de ahí a desear que se lleven el título.....
....... por favor, no me pidan eso.